Todos los días me muevo en transporte público y a
pié en el Centro de Caracas desde la Parroquia Altagracia hasta la Plaza Miranda, así como en la Parroquia La Candelaria (por cierto las aceras de esta tradicional parroquia caraqueña con acento "europeo" están en pésimas condiciones), Parroquia El Recreo, Chacao, Altamira, etc y etc,
y los comandos electorales de Nicolás Maduro y Henrique Capriles están
activadísimos con sus respectivos folletos, afiches. A la oposición le ha
faltado un Jingle musical “pegajoso” que sí tienen (varios y muy buenos) en el sector oficialista.
Recuerdo que en las campañas electorales de la IV República, los adecos siempre
fueron buenísimos con sus Jingles musicales y consignas “pegajosas”. Algunas de
sus Jingles entre otros músicos famosos se las realizaba el gran músico y
compositor venezolano Chelique Sarabia.
De las campañas realizadas por Copei , aunque es de recordar objetivamente que los adecos eran más creativos y más musicales,
la mejor fue la que se hizo en la del desaparecido Presidente Luis Herrera
Campíns y con la cuál le ganó Copei las elecciones al famoso "pitico" de Luis Piñerúa Ordaz de AD: ¿Se acuerdan de la famosa cuña copeyana en Caucagüita con Carlota Flores y el
lema “Dónde están los reales”. Esta cuña y su lema fue de un gran impacto electoral en el año de 1978. Video: http://www.youtube.com/watch?v=eJxbNszKygc
En esos tiempos en el mensaje electoral los grandes
grupos publicitarios tanto de AD como de Copei se esforzaban en realizar una
campaña electoral muy festiva, colorida y en donde el factor musical con “ritmo” no podía
faltar.
Como venezolana, me he sentido complacida que en estos momentos exista un
magnífico ánimo electoral tanto de la gente de Henrique Capriles como en la de Nicolás
Maduro.
En verdad, que el país necesita de un excelente ánimo electoral para sufragar masivamente el próximo
domingo 14 de Abril y que todos se propongan en SUMAR, SUMAR Y Nó RESTAR,
RESTAR…
Las ofensas desde el punto de vista personal de lado y lado es el “puntico”
malo que a la mayoría del pueblo no le agrada. Y a mí TAMPOCO.