sábado, 4 de diciembre de 2010

10 FORMAS PARA HACER ENEMIGOS EN FACEBOOK


Todos hemos oído el slogan de “No haces 500 millones de amigos sin ganarte algunos enemigos”, repetido hasta la saciedad en la propaganda de la película: La Red Social.
Pues bien, nosotros no creemos que puedas llegar a tener tantos, pero sí es posible que Facebook te cree enemigos que no tendrías de otro modo. ¿Cómo? Pues metiendo la pata.

En Facebook puedes interactuar con tus amigos y conocidos de muy variopintas maneras. Tanto es así, que es relativamente fácil equivocarse y ganarse su odio.
Hemos recopilado las diez formas más frecuentes de meter la pata en Facebook. La idea no es que las copies, sino que las evites. De tus buenos modales depende que tu vida social salga ganando.


1. Festival de etiquetas

Facebook permite etiquetar a personas en una foto, de modo que sus amigos pueden ver las fotos en las que aparece, aunque las suban otras personas.
Una buena forma de llamar la atención de tus amigos, así como de captar su enemistad, es etiquetarles en imágenes inverosímiles y en las que, obviamente, no aparecen ni por asomo.
También hay aplicaciones que generan imágenes como la de la derecha, etiquetando a amigos aleatoriamente. Es una práctica tan molesta como enviar presentaciones Powerpoint a mansalva.
Al final, lejos de ser divertido, lo único que logran estas acciones es llenar de basura y spam el apartado “fotos en las que aparezco” de tus conocidos.
Si quieres compartir algo, usa la opción Compartir (irónicamente, justo encima de Etiquetar), con la cual puedes compartir imágenes y vídeos de otras personas y sin molestar a nadie.

2. Secretos a voces y graffitis molestos

El muro permite comunicarte con tus amigos, pero no se puede decir que sea muy confidencial. El símil es fácil: escribir en el muro de un amigo es cómo garabatear en la pared de su casa. Él lo leerá, pero también todo aquel que pase por allí.
 
Es, por tanto, lugar para mensajes privados, números de teléfono, información confidencial ni cuchicheos. Para ello, utiliza el chat o el correo interno. Por otro lado, ensuciar muros ajenos con galletas de la suerte, imágenes graciosas, vídeos y contenidos no solicitados, amén de poco elegante, asegura la reacción explosiva de quien adora tener un muro impoluto.

 

3. ¡Únete a mí y seremos invencibles, granjero ninja!

Facebook está lleno de sicarios, piratas, hortelanos, cafeteros, ninjas, camareros, paladines, panaderos y un enorme sin fin de profesiones artesanales. No te asustes: nos referimos a los juegos.
Desgraciadamente, una práctica común en este tipo de juegos “sociales” consiste en instarte de forma muy cansina a que invites a tus amigos para mayor diversión, poder, dinero y acceso a funciones bloqueadas. El resultado: toneladas de invitaciones en las solicitudes de tus amigos, esto es, spam del bueno.
Es fácil de adivinar qué impresión se llevan tus amigos, especialmente aquellos con los que no tratas frecuentemente, cuando reciben invitaciones y más invitaciones, así que, por favor, invita sólo a aquellos que juegan contigo.

4. ¿Te apuntas a un evento en el Polo Norte?

¿Alguien ha hablado de invitar a discreción? No nos olvidemos de los eventos, otra área clásica en el campo del spam social.
Invitar a medio mundo a tus eventos es a todas luces una mala idea, pero además puede resultar especialmente ridículo si el evento en cuestión sucede en una parte del mundo y algunos de tus contactos están en la otra.
En resumen ¿invitarías a toda la población mundial a tu fiesta de cumpleaños? No, ¿verdad? Entonces tampoco lo hagas en Facebook.

5. Fotos de perfil falsas y seudónimos

Se llama Facebook, “Libro de la cara”, y de eso va, de rostros. Pon una foto auténtica: la gente agradece saber que está hablando con un ser humano. Ocultar la propia identidad tras una foto de perfil falsa (un dinosaurio sonriente, un personaje de dibujos animados, un paisaje con ovejas) predispone a que la gente tome poco en serio tu perfil.

Lo mismo se aplica a los nombres: poner nombres ficticios, seudónimos ingeniosos, anagramas y demás argucias genera distancia, especialmente en quien comparte sus vivencias de manera transparente. Lo primero que pensarán al ver tu perfil será “Este se ha dado de alta para cotillear”. Demuestra que no es así, anda.

6. Familiares ficticios y relaciones absurdas

Cierto tipo de usuarios, especialmente los más jóvenes, aprovechan las peticiones de parentesco para construir listas de amigos especiales. Así, no es raro ver perfiles con dos docenas de hermanos, siete padres, cuatro madres y seis hijos. Esta práctica no sólo te expone a que tu cuenta sea denunciada como falsa, sino que da una pésima imagen.

En cuanto a tu estado sentimental, ideología y religión, también recomendamos que, o bien dejes vacíos estos campos, o bien los rellenes con información fidedigna. Crear un perfil de tu perro y marcar que tenéis una relación abierta queda raro, al igual que definir tu religión como “Blah” o tu ideología como “Cerveza”.

7. Subir fotos y vídeos de contenido embarazoso

¿Qué sería Facebook sin vídeos dignos de Jackass o fotos de una bacanal organizada por estudiantes extranjeros? Un lugar mucho más aburrido. Sin embargo, deja que sean los demás quienes suban esas fotos y evita añadir tú mismo carne en el asador, especialmente si lleva poca ropa.
En cualquier caso, no subas fotos y vídeos sin el consentimiento sobrio de la persona retratada. Envíale un mensaje o deja que sea ella quien suba el material a su perfil. En caso de no recibir respuesta, guíate por el tono general de sus fotos y vídeos.

8. Hacerte fan de páginas ofensivas o de mal gusto

Hacerse fan de una página es un mensaje indirecto; de hecho, a veces, se usa con fines sarcásticos o pasivo-agresivos. Pero, en otras ocasiones, marcar que te gusta una página controvertida puede suponer el final de una amistad, especialmente si hablamos de una página de mal gusto.
No abuses del chat integrado y úsalo únicamente cuando tengas algo que decir. Para establecer el contacto es mejor usar los mensajes privados o enviar un correo electrónico, o añadir a la persona a otro programa de mensajería instantánea.

9. Saludar con insistencia a través del chat

El chat de Facebook es mediocre: funciona cuando le apetece, no tiene apenas opciones y, lo más importante de todo, es muy intrusivo, casi más que el de Google en GMail. Basta con dejarlo activado para que docenas de contactos te saluden y hagan pitar el navegador como R2D2 en una crisis de pánico.

10. Usar la cuenta como repetidor de Twitter, FriendFeed, etcétera

Te has dado de alta en Facebook porque te han invitado... y has abandonado la cuenta a su suerte. Sólo hay algo peor que eso: usar la cuenta como un zombie que publica lo que hace en otros sitios, como Twitter, FourSquare o FriendFeed.

Fuente: OnSoftwareBlog


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